Se te cae
el
mundo,
los sueños,
las excusas…
te vas quedando desnudo y no tienes donde asirte.
Entonces te das cuenta de que lo único que vale es la mirada
con que miras
el tiempo blando , la siembra que dejamos a un lado
por andar siempre corriendo.
Los pies cuando se
acolchonan con el suelo
guiados por el afecto.
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