Todas esas quietas grietas,
esas paredes grises,
esas rejas con sabor a infancia.
Tantas miradas duras,
tantos golpes e insultos;
manos en el cuello; voz quebrada.
Tanta jaula tan jaula
que me creció las alas más grandes,
inmensas,
que jamás nadie haya visto.
El oxígeno de los que alguna vez no respiraron.
Ahora ,
que todos los pájaros llegan a buscarme;
que me acarician
y me arropan con sus cánticos,
que me extienden el cielo en las manos
y me dicen adelante!
Vuela!
Quiebra tus ojos!
Nada en tu sangre!
Exprime tu alma
!
Porque has llegado sabrás de dónde partiste.

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