El mar obscureció de pronto, se puso ronco, irascible. Sus manos de espuma practicaban insultos al aire.
Los fantasmas le nacían agrietando sus aguas y el viento lo mordía con un hambre siniestro. Quería hundirse en sus propios fondos, escaparse de sus orillas, esconderse de sí mismo ...pero ¿dónde?...no tenía otro hogar que ese cuerpo endiablado, enardecido, por no poder alcanzar más libertad que la de su triste encierro.
Los fantasmas le nacían agrietando sus aguas y el viento lo mordía con un hambre siniestro. Quería hundirse en sus propios fondos, escaparse de sus orillas, esconderse de sí mismo ...pero ¿dónde?...no tenía otro hogar que ese cuerpo endiablado, enardecido, por no poder alcanzar más libertad que la de su triste encierro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario