Hoy el silencio me asesino los sueños
y me clavó su espada,
tan profunda en el pecho ,
tan hiriente...
se tragó la inocencia con la que te amaba
y despedazó mis días en un segundo.
Bastó que te fueras
para que todo se hiciera añicos
y nunca entendiste que yo siempre estuve aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario