Tengo ganas de hablarte de la noche
y contarte las estrellas,
de vaciarme soledades
y desahogar ansias contenidas,
tomarte de las manos
y caminar los días sin virtudes.
Perderme algunas horas en tus ojos,
sentir la libertad de una caricia.
Y no tener preguntas
y no buscar respuestas,
quedarme en la armonía de tu boca
madurando tu beso,
hallarme en la simpleza y no ser más
que una sonrisa.
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