Salí a deternerme
justo en lo mejor del impulso, cuando todo era frenesí. A lavarme la cara con las manos de los que quiero, a quedarme quieta de mirarme y sentirme quieta, a dejarme descansar por el cansancio. A tragarme las dudas y beberme las certezas.
El tiempo dijo que corría otra vez y no me importó alcanzarlo.

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