inquietos, ruidosos,
desesperados;
corriendo por alcanzar la vida
que no roza mi cuerpo.
Y esto soy yo,
esta urgencia;
sonido de ambulancia en cualquier madrugada.
Rienda suelta.
Mi desorden.
Maraña de niños,
lágrimas y sonrisas.
Puertas abiertas; ventanas desnudas.
Inviernos y veranos repentinos.
Estremezco porque muero estremecida
y pateo mi pobreza por las calles
porque solo encuentro riqueza en una palabra.
No tengo nada más que mis manos repletas de castillos
y esta energía monumental
a contrapelo del mundo
que no me deja ser más que este desatino.
Y esto soy yo,
esta urgencia;
sonido de ambulancia en cualquier madrugada.
Rienda suelta.
Mi desorden.
Maraña de niños,
lágrimas y sonrisas.
Puertas abiertas; ventanas desnudas.
Inviernos y veranos repentinos.
Estremezco porque muero estremecida
y pateo mi pobreza por las calles
porque solo encuentro riqueza en una palabra.
No tengo nada más que mis manos repletas de castillos
y esta energía monumental
a contrapelo del mundo
que no me deja ser más que este desatino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario