De este lado
Las cataratas no siempre caen aquí, no hay turistas que las recorran. Se levantan, preparan un mate que las rescate, no se acercan al espejo porque prefieren no saber. Estando aquí en lo profundo, se ponen ensimismadas, perezosas, en sus aguas los días pesan como la gloria o el fracaso; los destellos, la obscuridad; todo, tiene ese mismo confuso perfume, tan embriagante como el dolor del que ha sido valiente y se ha quedado a ver.

