Y que nadie sepa
hasta donde la locura
camina por delante de tus piernas,
hasta dónde sus dedos te destemplan
y desatan todos tus barcos sedientos
y arrancan pájaros de tu pecho roto.
Que nadie sepa el decoro
de una sonrisa de silencios
y una lengua hecha de trapo
El sexo esparcido en mil átomos pluviales.
La locura que deja el amar
a mansalva
Un corazón niño latiendo en un mundo hecho de farsas
y farsantes,
de rectas escarpadas
y organigramas sádicos.
La película diaria
el desastre arrítmico
la trampa comiendo de tu sombra.
