Nunca nadie me había herido en el poema,
entonces supe que es donde más duele.
Y ahora aquí, este poema rabioso
desfondado en su sangre.
Escupiendo en los discursos e interpretaciones
perversas,
de los falsos devotos que despliegan " verdades"
en las que no
saben
creer.
Mortal
cómprate un corazón que sienta!
que se vuelva efímero con una palabra,
que salte las hojas en blanco
como atravesando desiertos de sombras
muriéndose de hambre
y de luz.