El poema de mi vida,
mi causa aún no perdida,
laberinto de pasiones
acunándose en heridas.
Un encuentro/desencuentro,
beso, espalda y mil razones
para nunca despedirme de tu boca
que aún me esconde.
Entre tú y yo esta distancia
somos un trío imperfecto
cada que tú me arrinconas
entre la espada y un beso,
Entre tu beso y mi beso
se nos resbala nostalgia
y somos un tibio aroma
perfumándonos la escarcha.
Como islas, soledades
agrietadas que se rondan,
se seducen y abastecen
ocultándose entre sombras.
Y nuestros nombres se mecen
en antiguas cicatrices
esperando la venida
de algunos días felices…
de nuestros días felices.